Doy gracias a mi familia por su acompañamiento y fomentar quien soy. Despierto y consciente desde muy pronto, me he sentido un científico experimentando constantemente. Casi siempre me guió bien escuchar mi voz interior y descubrir la vida a través de una curiosidad observadora y analítica; especialmente las ciencias naturales fueron mi pasión con «Érase una vez la vida» (1987) además del privilegio de tener grandes docentes lo potenció.

Hago especial mención al Taekwondo original que yo viví de 1993 a 2013; nada reforzaría y enriquecería más mis valores, mi mapa mental y mis capacidades humanas como «el camino de pies y manos»: respeto, paz, jerarquía, pausa, silencio interior, disciplina, propiocepción, presencia, nobleza, foco, honestidad, determinación, paciencia, resiliencia, autocontrol, esfuerzo, autoconocimiento, constancia, fe, perseverancia, flexibilidad, liderazgo, elasticidad, creatividad, plasticidad mental, toma de decisiones, equilibrio mental, emocional, físico y espiritual.

La actividad física, el ejercicio y luego el deporte (sobretodo el Taekwondo y competir), la falta de información y de acceso a esta, la escasa profesionalización del sector deportivo-nutricional (1999), además del intrusismo en ellos (generalizado históricamente), la Enfermería y la Psicología me llevaron curiosamente a la Nutrición humana y la Dietética (2004).

Conocer bien el cáncer (una negación a la vida) fué impactante y un reto enriquecedor, así aprendí la gran importancia del concepto global de salud: física, mental, social, etc. Si una falla no hay buena salud. También empecé a conocer otras verdades y realidades efectivas o eficientes; y además comencé a comprender algo clave: El tratamiento personalizado e integral de la salud. La dieta personalizada es fundamental y muy influyente.

Durante más de 13 años de experiencia, en el ámbito dietético-nutricional y deportivo, conocí casi todas sus variantes: salud general, nutrición, patologías, restauración, catering y colectividades, homeopatía, naturopatía, actividad física, deporte, etcétera.

Así descubrí y sentí el concepto global de salud, con actitud perseverante: estudiándolo, trabajándolo, discutiéndolo, traduciendo artículos de Pubmed, indagando en las verdades pues admiro la transparencia y experimentándolo mucho en primer lugar conmigo.

Pronto mis aptitudes y actitudes fueron bien valoradas permitiéndome entonces inolvidables y grandes experiencias laborales y humanas. Llegué a combinar estudios con 2 y hasta 4 trabajos (gran aprendizaje).

La búsqueda incesante de la verdad primero me aportó confusión, rabia y dolor, pero después mejor salud y conocer grandes personas muy profesionales. En conclusión, el amor para con los demás me ha ayudado a calibrar mis relaciones y personalizar mi trabajo, haciéndome mejor.

En mi evolución a terapeuta integral como trabajo, han contribuído en gran medida: la suplementación o complementación, la Kinesiología, el Reiki, el Coaching, la PNL, también otras técnicas, disciplinas o herramientas y especialmente el entrenamiento personal que me ha permitido mucha más cercanía con las personas.

Por mi experiencia se suele empezar con dieta, personal training, coaching, lenguaje (PNL), Reiki, Mindfullness…Y no sabes dónde acabas…Además siempre mejorad@.

Finalmente (esto nunca acaba), el trabajo con las personas (pacientes, clientes, usuarios, niños) me regaló la escucha activa y la empatía. Sobretodo los niños especiales como los autistas y otros con diversidad funcional.

PD: Un regalo ⇒ imagínate mejor